GOBIERNO INTENTA REESCRIBIR LA HISTORIA...
De ahora en adelante, si no se establece lo contrario, los estudiantes de primero a sexto básico leerán en sus textos escolares de Historia, que lo ocurrido entre 1973 y 1990 en Chile, es decir, en los 17 años que Pinochet impuso un Estado antidemocrático y cometió graves violaciones a los Derechos Humanos, no se trató de una dictadura, sino de un “régimen militar”. Esto, luego de que el Consejo Nacional de Educación (CNED) -organismo que supervisa las políticas curriculares del Ministerio de Educación (Mineduc)– aprobara el pasado 9 de diciembre las Bases Curriculares de 2011.
En la página 31 de la propuesta de la Unidad de Currículum y Evaluación del Mineduc, con fecha diciembre de 2011, se establece que uno de los ejes temáticos de Historia de primero a sexto básico será “comparar diferentes visiones sobre el quiebre de la democracia en Chile, el régimen militar y el proceso de recuperación de la democracia a fines del siglo XX, considerando los distintos actores, experiencias y puntos de vista, y el consenso actual con respecto al valor de la democracia”.
Muy distinto es lo que aparecía en 2009, en la página 232 del Marco Curricular “Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos Obligatorios de la Educación Básica y Media”. Allí se establecía “una visión panorámica de la historia de Chile republicano” tomando en consideración “la organización de la República, la época liberal, la era del salitre, la democratización en el siglo XX, la dictadura militar y la recuperación de la democracia”. Tal fue el cambio.
En una Declaración Pública del Consejo Nacional de Educación (CNDE) dada a conocer el pasado jueves 5 de enero, se señaló que la reformulada propuesta fue elaborada por el Ministerio de Educación (Mineduc) y sometida a un proceso que consideró encuestas online, paneles de expertos y reuniones de trabajo con docentes.
Los consejeros de la entidad se reunieron durante casi dos horas para analizar lo ocurrido; entre ellos estuvieron Alejandro Mackay, Elizabeth Lira, Carlos Künsemüller, Alejandro Goic y Alfredo Ewing, además de su vicepresidente Nicolás Velasco, quienes determinaron abrirse a la posibilidad de “revisar” el cambio de “dictadura” a “régimen militar”, lo que quedó señalado en el documento como que dichas terminologías “relevan la controversia valórica y simbólica que atraviesa la sociedad chilena, por lo que se verá con celeridad una eventual propuesta del Ministerio de Educación que reformule la expresión cuestionada”.
Ante esto, el Gobierno, que en un principio justificó la modificación aprobada por el CNED -argumentando que la expresión “régimen militar” era mucho más general para abordar el episodio ocurrido en Chile hace 39 años, en el que desaparecieron o fueron ejecutadas más de 3.000 personas a manos de las Fuerzas Armadas y de Orden o de los organismos de seguridad del Estado- tuvo que echar pie atrás.
El ministro de la cartera, Harald Beyer, tras reunirse, como todos los jueves, con el Presidente Sebastián Piñera y los ministros del comité político -Rodrigo Hinzpeter, Cristián Larroulet y Andrés Chadwick- anunció que el Gobierno “enviará a la próxima sesión (del Consejo Nacional de Educación) una nueva formulación que resuelva la controversia en este aspecto".
En un intento por justificar la postura del Ejecutivo, Beyer agregó que el Gobierno “nunca pretendió desconocer el carácter no democrático del régimen militar y las violaciones a los Derechos Humanos que ahí ocurrieron”. Eso, sin embargo, está por verse.
REACCIONES: SESIÓN ESPECIAL CON EL MINISTRO DE EDUCACION
“No hay que minimizar, el nombre del régimen de Pinochet es dictadura”, aclaró la directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Lorena Fries. “Probablemente -agregó- hay sectores en el Gobierno que les es incómodo el concepto de dictadura, pero es la verdad y se usa en todas partes del mundo donde hubo gobiernos totalitarios que violaron de manera grave y sistemática los derechos humanos”.
En la mañana del jueves 5 de enero, el presidente del Senado, Guido Girardi (PPD), junto a los senadores Jaime Quintana (PPD) y Fulvio Rossi (PS), se reunieron con Lorena Fries y le plantearon su rechazo a la decisión del Mineduc de cambiar el concepto dictadura por régimen militar en los textos de historia.
En dicha ocasión, Girardi anunció que el Senado realizará una sesión especial para abordar el tema y se le pedirá a la comisión de Derechos Humanos que cite al titular de Educación, Harald Beyer, ya que “un ministro de Educación que es cómplice y quiere ocultar que en Chile se violaron los DD.HH, no puede ser ministro de Educación”.
A estas palabras se sumó Jaime Quintana, quien señaló que la coordinadora nacional de Curriculum y Evaluación del ministerio de Educación, Lorena Fontaine, debería renunciar a su cargo ya que “lo que ha hecho la señora Fontaine a la memoria de Chile es inmenso”.
Por su parte, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, criticó que en los textos escolares destinados a las nuevas generaciones se intente alterar la visión de la historia reciente. Es una”ofensa” y una “falta de respeto” -afirmó Pizarro- pues “resulta impresentable una diferencia entre dictadura y régimen militar, es un crimen contra la humanidad y 17 años de dictadura”.
Una opinión distinta es la que tiene el diputado UDI Iván Moreira -reconocido partidario del régimen de Pinochet-. Para él “el hecho de que se hable de dictadura es una forma de estigmatizar a un Gobierno que entregó democráticamente el poder”. Así también concordó el diputado RN Alberto Cardemil, quien aseguró que “algunos quieren imponer, y eso se advierte, una interpretación única de la historia… una interpretación con tinta roja”.
La polémica también se instaló en el propio Consejo Nacional de Educación, cuando el consejero Alejandro Goic -presidente de la Academia de Medicina del Instituto de Chile- reconoció que se trata de un tema sensible y que, para él, debiese ocuparse el término “dictadura (…) a las dictaduras hay que llamarlas dictaduras, y a las democracias, democracias”, sostuvo. Por su parte, la consejera Elizabeth Lira, señaló que el cambio no es “relevante” y es “legítimo”, considerando que el Gobierno está conformado en un 50 por ciento por “gente que era partidaria de Pinochet”.
EWING PINOCHET EN EL CONSEJO DE EDUCACIÓN
El caso se agravó el jueves pasado cuando el abogado de Derechos Humanos y diputado del Partido Comunista, Hugo Gutiérrez, denunció que una de las personas que compone el Consejo Nacional de Educación y que aprobó la sustitución del término “dictadura” por “régimen militar”, se trata de un ex agente que integró la Central Nacional de Informaciones (CNI) en dictadura: el general en retiro Afredo Ewing Pinochet.
Gutiérrez manifestó su repudio a la presencia del general en el CNDE e instó a que “sea inmediatamente destituido de ese cargo por quien corresponda… es una vergüenza para el país”, declaró.
Ewing nunca fue procesado o acusado en casos de violaciones a los Derechos Humanos y fue excluido por “razones de seguridad” de la operación “Retiro de Televisores”, la cual consistió en la exhumación y desaparición clandestina de cadáveres de opositores. Además, estuvo cerca de llegar a la máxima dirigencia del Ejército chileno en la que que finalmente fue designado el general Juan Miguel Fuente-Alba, actual comandante en jefe.
A la luz de los antecedentes, no es extraño, entonces, que predomine una tendencia a desconocer que en Chile hubo una dictadura.
EN EL EXTERIOR
El debate en la utilización de los términos “dictadura” o “régimen militar” ha traspasado las fronteras.
José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch, señaló que existe una “diferencia entre una dictadura militar, como fue lo que existió en Chile con un Gobierno Militar, donde evidentemente me parece que hay un esfuerzo por minimizar u ofrecer una percepción y descripción de una época menos brutal de la que efectivamente se vivió en Chile durante esos 17 años”, sostuvo.
En el diario español El País, el escritor y periodista canario, Juan Cruz, escribió que “ha venido un ministro de Sebastián Piñera a interrumpir el sendero de respeto al pasado, a los perseguidos en ese pasado, y ha querido convertir la dictadura en un rasguño militar, en un régimen militar tan solo, como si hubiera sido el suspiro de un pie de página la dictadura sanguinaria de Augusto Pinochet”.
Este Gobierno se suma a la lista de otros países que han “revisado” su pasado en los textos escolares que estudiarán los más pequeños, con el objetivo de reescribirlo e interpretarlo de acuerdo a sus propios intereses y lineamientos políticos. Dicen que la historia la escriben los vencedores; sin embargo, en Chile, la memoria fijada por la propia ciudadanía ya ha escrito su propio pasado.
Por Esteban Acuña, El Ciudadano
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