No es raro toparse con dichos de mujeres que están trabajando en cargos de poderes políticos que hacen que la ciudadanía salte de indignación. Muchos países tienen en el poder a mujeres cortadas por las mismas tijeras que han creado a l@s patriarcas.
En mis palabras, simples y sencillas, el patriarcado es un sistema social que se basa en las dinámicas de “poder y sumisión”, es decir, algunos gobiernan sobre otros. Algunos poseen la riqueza y los otros venden su fuerza de trabajo en horarios enajenados para sobrevivir. El sistema patriarcal es un sistema que habla de jerarquías. Ha dicho, por ejemplo, que la mujer le pertenece al hombre y que l@s hij@s le pertenecen al padre. Es un sistema perverso, que anula la igualdad, fraternidad y generosidad. Es una sociedad perversa porque, para llegar al objetivo, se sale del verso (per-verso), se sale del discurso de la lógica del cuerpo. De esta manera, a l@s hij@s desde que nacen hay que “dominarlos” para que obedezcan a la “autoridad” y se sumen a la cadena de producción de bienes. Del amor, poco se habla.
Las mujeres calladitas, sumisas, tranquilas, sin sentir, sin calentarse ni sexual ni emocionalmente de rabia, deben, por estos días, trabajar, llevar sueldo a la casa y también criar. Sobre corresponsabilidad (dos se hacen responsable de uno o más) falta un tramo… Alto porcentaje de mujeres están criando a solas.
Entonces, en algunas sociedades se les realiza una ablación, corte de clítoris y sutura de labios vaginales para que no sientan y no sean objeto de deseo del otro; se les casa con un hombre mayor luego de su menarquia o primera menstruación. En otras, se les queman los pechos con palos de fierro calientes. Y en sociedades como la nuestra, se nos dice de manera solapada, silenciosa, pero constante: “corta tu cuerpo, métete silicona, sé flaca, siéntate con las piernas bien juntas, no demuestres tus deseos, estira tu cara, aplana tus hormonas, la menstruación es un asco, impura, las relaciones sexuales de los adolescentes son un pecado, el embarazo y la maternidad te descienden laboralmente, el parto ¡¡duele!! Opta por cesárea, anestesia… la lactancia es dolorosa, es esclavizarte, aleja a tu recién nacido de tu cuerpo, déjalo en la sillita, se malacostumbrará al cariño, a tus brazos, a tu olor!” Y eso lo convertirá en un ser humano seguro… ¡CHAN!
Llegamos al secreto… si la mujer siente, expresa sus deseos, desea, es ella sin velos, es una mujer poderosa, segura, que se satisface a sí misma por el puro hecho de satisfacer a su cría y cría satisfecha, es feliz, es tranquila, no llora, se calma, se satisface… y si una mujer goza la lactancia, la entrega, dar brazos, upa, cariño a sus hij@s, cede espacio en su cama para el hij@ temeroso, esos niñ@s crecerán colmados de amor y seguridad y no les quedará otra que compartirlo con sus hermanos y hermanas, con sus amig@s, vecin@s, etc., es decir, tendremos una sociedad igualitaria, amorosa, fraternal. PATRIARCADO MUERE, porque nacen personas seguras que no toleran ser sumisos, esclavos, dominados. Hij@s de padres y madres segur@s.
Shhhhhhh….ese es el secreto del patriarcado. Necesita de sumisos, esclavos para la satisfacción de unos pocos. Unos son objetos de usos de otros.
Cuando la senadora Ena Von Baer dice “la mujer no tiene derecho al aborto pues sólo le presta el cuerpo a su hijo”, habla desde el patriarcado.
La verdad me importa bien poco si ella presta o no presta su cuerpo. En realidad, sí me importa, por sus hij@s. Me preocupa porque habla con un grado importante de disociación; si no, escisión, lo que es grave, ya que tod@s sabemos que cuerpo y mente no están separados y que nuestro cerebro está en la cabeza pero continúa para más abajo. Entonces, si ella siente su cuerpo separado de su cabeza, es peligroso.
Pero más grave aún me parece que una mujer que está en un cargo de gobierno entienda que el cuerpo de la mujer se preste. La senadora tiene tribuna y sus dichos son escuchad@s por muchas personas. Lo peor, LEGISLA sobre temas que al parecer no tiene la menor idea. Por tanto le recomiendo o, mejor dicho, exijo como ciudadana, que lea, estudie y converse con mujeres que hayan parido bien parido, hayan amamantado, hayan criado, trabajen, hayan abortado terapéuticamente, hayan abortado clandestinamente, es decir, exijo que se empapen de SER MUJER.
El cuerpo de la mujer no se presta, senadora. La mujer es un SUJETO y no un OBJETO de uso por parte de otro.
Sigamos.
Si una mujer presta el cuerpo para que su hij@ se geste, quiere decir que somos una cosa, máquina, incubadora que está ahí para ser utilizado por el hijo en gestación pero, antes, por el hombre quien fecunda, penetrando el cuerpo/cosa prestado de la mujer. Si seguimos la cadena, luego la mujer presta su cuerpo para el sistema de salud perverso y se lo cortan con bisturí, porque el doctor debe viajar a un congreso y porque también le han dicho que su vagina puede quedar fea si da a luz por parto vertical o normal. ¿Vagina fea para quién?
¿Estamos clar@s entonces que el cuerpo no-se-presta porque NO es un objeto de intercambio?
La madre que gesta a un hij@ en su útero se vincula emocionalmente con ese ser humano, para bien o para mal, eso ya depende de la biografía de la mujer, de su situación actual, de la información que recibió sobre sexualidad y emociones desde pequeña, depende si creció sintiendo que debía prestar su cuerpo, depende de la sociedad completa. Lo importante es saber que, si prestamos el cuerpo como una cosa o caja gestante, no podemos vincularnos, apegarnos, relacionarnos con ese hij@. Lo que es grave, insano y por qué no decirlo, una locura. Las personas, los sujetos de la vida nos vinculamos, deseamos, amamos, nos apegamos al otro ser humano, no a una cosa.
Senadora, cuando el cuerpo de una mujer se embaraza, en algunos casos no hay deseo, la mujer ha sido violada, usada por el otro, cosificada. Y de ahí no nacen hij@s del deseo… ¿le choca esa palabra?. DESEO.
Lamento los dichos de la senadora, muestra que estamos lejos de mujeres y de hombres empátic@s, amoros@s, que trabajen por el pueblo y las necesidades del otr@. Estamos en presencia de seres humanos que no saben bien la diferencia entre objeto y sujeto, pero que tienen el poder de gobernar y de realizarse personalmente… Amor al pueblo, falta.
Leslie Power
Psicóloga clínica
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