domingo, 20 de noviembre de 2011

Seis razones que hacen mala la campaña contra el VIH del MINSAL




Hoy se lanzó la supuesta campaña de “prevención” del Ministerio de Salud, aunque en realidad debemos decir que la campaña es del Ministro de Salud, ya que no le consultó a nadie sobre cómo hacerla.

Obviamente hubo rechazo generalizado a esta campaña. Las razones son muchas, así que voy a tratar de sintetizar algunas para ir generando claridad.

1.- La Campaña NO es de prevención. Prevención, como lo señala el propio sitio web del Ministerio de Salud, es evitar que la gente adquiera el virus, es evitar tener un caso más de VIH. Por lo tanto, al promover el examen, el Ministerio no está haciendo prevención, ya que solamente le indica a la persona si ya tiene el virus. No educa ni fomenta prácticas de autocuidado. Todo esto hace que la campaña sea más bien clínica, de ámbito biomédico, y no una campaña preventiva que fomenta cambio de conductas para evitar el riesgo de adquirir el virus.

2.- La campaña invisibiliza la población más afectada, esto es, la población homobisexual, la cual concentra la mayoría de los casos de VIH en Chile –cerca del 70% de los casos de varones son homobisexuales, según cifras del propio Ministerio–. Detrás de esto simplemente hay homofobia. Se evita hablar de sexualidad, se centra todo en el proceso del examen, ocultando el sol con el dedo y negando la presencia visible de la diversidad sexual en este proceso.

Esta situación no hace sino profundizar la discriminación existente a la población homobisexual, trans, gay y de otros hombres que tiene sexo con hombres, ya que niega la existencia de políticas focalizadas que recomiendan los organismos internacionales en materia de prevención de VIH.

3.- La campaña discrimina a las mujeres, pues pone el examen como obligatorio para las embarazadas, negando el derecho a la autonomía y decisión de las mismas sobre su cuerpo. Esto no tiene justificación, ya que, en primer lugar, las cifras de transmisión vertical –madre a hijo– en Chile son muy bajas, casi inexistentes. Centrar en ellas una campaña de prevención no tiene sentido epidemiológico.

4.- Se cambió la Ley Nº 19.779 –Ley de SIDA– con un decreto, pasando por encima del Congreso, sin dar cuenta a la Contraloría. Se está actuando en forma autoritaria e inconsulta con los propios órganos del Estado. Esto da cuenta del estilo autoritario del Ministro Mañalich y, más aun, del estilo del Presidente de la República, que también firmó el decreto de su amigote.

5.- Esta campaña viola la ley anteriormente mencionada, la cual establece en su artículo Nº 2 que las políticas en materia de VIH “deberán elaborarse, ejecutarse y evaluarse en forma intersectorial, con la participación de la comunidad, recogiendo los avances de la investigación científica y considerando la realidad epidemiológica nacional, con el objeto de establecer políticas específicas para los diversos grupos de la población, y en especial para aquellos de mayor vulnerabilidad”.

Demás está decir que esto no existió. Ni siquiera fue consultado el Subsecretario de Salud Pública, a quien le pasaron por encima. El Programa de VIH del propio Ministerio de Salud también fue ninguneado por el Ministro.

6.- El centrar la campaña del VIH en el examen, sin haber mejorado los procesos de toma del examen, sin mejorar el lento procesamiento y sin hacer una inversión que optimice las condiciones de trabajo de la atención primaria es una locura. Hoy, las y los funcionarios de la atención primaria deben atender múltiples tareas que no les dejan tiempo y espacio para dedicar tiempo al examen del VIH con toda rigurosidad. Por lo tanto, implementar testeo masivo sin haber dado las condiciones mínimas a quienes realmente “hacen la pega” es generar un problema más.

Ante todo esto, lo que queda es insistir con el Ministerio de Salud y otros organismos para que se mejore la prevención, es decir, prevención de verdad: educación sexual a las y los jóvenes, calidad de atención en salud sexual, acceso a los preservativos en forma efectiva, inclusión del trabajo con la diversidad sexual de forma efectiva. Sin eso, simplemente sólo tendremos cada día más casos de VIH y SIDA. Seguiremos elevando el costo que hace el país en gasto de medicamentos y le joderemos la vida a miles de compatriotas que adquirirán el virus.

por Fernando Muñoz Figueroa, Sociólogo y coordinador político del MUMS



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