Esta diferencia se explicaría porque los rubros que absorben la mayoría del trabajo femenino no han crecido considerablemente en el último tiempo, pero además por la falta de políticas públicas que consagren puestos laborales de calidad.
La semana pasada las autoridades celebraron la caída del desempleo en la Región Metropolitana, que alcanzó su nivel más bajo en los últimos 15 años. Sin embargo, si ponemos la lupa en la forma en que se desagregan estas cifras, la realidad no es tan auspiciosa, en especial, en torno a la desocupación femenina.
De acuerdo a los reportes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que abarcan el trimestre septiembre-noviembre de 2011, en algunos tramos etarios, el desempleo en las mujeres corresponde al doble del que se presenta en los hombres. Precisamente entre los 30 y 34 años, la tasa de desocupación masculina llega a un 5,6 por ciento mientras que la femenina alcanza un 10 por ciento.
Y la tendencia se mantiene en las personas más jóvenes. Entre los 20 y 24 años, el desempleo alcanza un 19,7 por ciento para las mujeres y un 14, 2 por ciento para los hombres, mientras que entre los 25 y los 29 años, un 12, 1 por ciento de las mujeres no trabaja en contraste con el 8,8 por ciento de los hombres.
Según la encuesta, dentro de las razones por las que las mujeres no ingresarían al mercado laboral se incluirían la vida familiar y las labores domésticas (36,7%), los estudios (21%) y condiciones médicas permanentes (11%).
Gonzalo Durán, economista de la Fundación Sol, explicó que las altas tasas de desocupación femenina también se pueden atribuir a que los rubros que generalmente absorben esta demanda no han experimentado un gran crecimiento.
“Esto tiene que ver con lo que vimos la semana pasada con las cifras que entregó la Universidad de Chile, donde se mostró que los empleos creados están asociados a la construcción y a la industria y esos números también pasan al carácter nacional. Las mujeres se ocupan en sectores como el comercio y la última cifra del INE indicaba que el éste había disminuido la ocupación. Es decir, hay menos puestos de trabajo en sectores que son tradicionalmente intensivos en el uso de mano de obra femenina”, sostuvo.
De todas formas, el experto precisó que el desempleo entre las mujeres también responde a una falencia generalizada de las políticas públicas, que no han logrado implementar puestos de trabajo de calidad. A esto se suma la inequidad salarial que se produce por género, brecha que se ha profundizado en los últimos años.
“Las políticas no están apuntando a mejorar las condiciones salariales sino que de manera miope apuntan a generar más puestos de trabajo incluso por la vía del subempleo. Esto quiere decir que una persona trabaja medio tiempo o un par de horas y es considerada ocupada en circunstancias que quiere y necesita laborar más. En ese sentido, las mujeres logran uno de los niveles record en los últimos meses en ese espacio”, señaló el economista.
Durán indicó que para hacer frente a estas cifras es necesario que, tanto hombres como mujeres aumenten sus ingresos y se mejore la situación laboral a través de la consolidación de procesos como la negociación colectiva, que aún se mantiene muy débil en Chile.
Se espera que el INE entregue este martes las cifras del último trimestre de 2011 en esta materia.
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