"...A nosotros nos queda la instancia de apelación en la Suprema, y ese camino judicial lo vamos a ejercer y vamos a seguir tratando de ir al fondo del problema..." (Cristián Labbé, Diario La Tercera).
"...Es un problema que tienen que preguntarles a ellas por haberse metido en estas conductas. ¿Por qué no se matriculan en otro colegio?..." (Cristián Labbé, Cooperativa).
Con estas afirmaciones, el alcalde de Providencia, Cristián Labbé, militante de la UDI y militar en retiro, apoyó la decisión que la directora del Liceo Carmela Carvajal "de Prat" tomó de no reintegrar a nueve alumnas a las que se les había cancelado la matrícula por participar y conducir el movimiento secundario por la educación pública, gratuita, de calidad y no sexista en Chile, tal como la sentencia de la Corte de Apelaciones ordenó.
Mientras incrédulas mirábamos el devenir de esta situación, nos pusimos a pensar: ¿cuál es el fondo del problema? ¿Qué hace que la directora de un establecimiento educacional, identificado por la comunidad nacional como parte de los liceos de excelencia, tome la decisión de no reintegrar a estas alumnas? ¿Qué mueve a la máxima autoridad de un gobierno local a apoyar una decisión tan descabellada como negar el derecho a las jóvenes de matricularse en su liceo?
El sólo argumento de su participación en las movilizaciones del año recién pasado y la toma del liceo por más de 6 meses tampoco nos bastaron para poder entender, ya que los jóvenes del Liceo Lastarria, que recurrieron a Tribunales por el mismo caso, fueron re-incorporados sin problemas de otro tipo una vez dictada sentencia a su favor.
Entonces, ¿que sucedió con las chicas del Carmela? ¿Será que la sanción a ellas es mayor por el hecho de ser mujeres? Y no cualquier tipo de mujeres, sino de aquellas que desobedecieron el mandato patriarcal, subvirtiendo el orden de roles que tradicionalmente se les ha asignado, dejaron de ser las "señoritas calladas y sencillas" a las que apunta la educación chilena y quiere perpetuar la derecha política.
Estamos hablando de mujeres públicas, en esencia políticas y con un liderazgo legitimado por su comunidad escolar. No es sólo su habilidad de conducción y oratoria lo que las hace peligrosas, es su capacidad de provocar y seducir a sus seguidores por la consistencia del proyecto transformador que interpretan, lideran y movilizan las ideas que están en las cabezas de las "damitas" del Carmela.
El patriarcado, como todo sistema de dominación, tiene sus dispositivos de poder y de control, tiene artimañas que buscan rectificar los comportamientos que atentan contra el sistema y el orden establecido por éste, situación de la que las mujeres que estamos en lo público hemos sido víctimas en más de una vez. En este caso es la negación del derecho a matricula, como abuso del poder que tiene la dirección de un colegio y un alcalde para desobedecer a un Tribunal de Justicia y a una ciudadanía que mayoritariamente demanda reintegrar a las alumnas.
Junto con ello, han salido a la luz pública distintos procedimientos de persecución e interrogatorios que buscan generar la delación, por parte de la comunidad escolar, del Carmela Carvajal "de Prat" respecto de otras "señoritas" que están teniendo un comportamiento no adecuado. Se trata de prácticas que no son nuevas en este establecimiento ni en otros de mujeres de la comuna de Providencia, que siguen siendo parte de los enclaves autoritarios y patriarcales que no han podido ser modificados a pesar del cambio de dirección del Liceo, a pesar de vivir en "democracia", a pesar de la irrupción de lo social en la demanda por una democratización social, política y cultural en Chile.
Evidenciado el problema de fondo al que alude el alcalde Labbé, el que las alumnas del "Carmela" no se comportaron como "señoritas" y actuaron fuera del orden establecido, tenemos una lamentable noticia para él y la directora del Liceo: este proceso de transformación no tiene vuelta atrás. Cualquier dispositivo de rectificación que usen será infértil sobre una semilla ya germinada y tan orgánica que no produce efectos indeseados por quienes tienen hambre de justicia, democracia y emancipación. Las jóvenes del Liceo Carmela Carvajal "de Prat" son herederas de la ruptura de toda una generación con el miedo, con las determinaciones culturales, sociales, políticas y económicas de la democracia en la medida de lo posible. Son continuadoras de la lucha que miles de mujeres han dado en este país por romper los esquemas a los cuales han sido obligadas a ajustarse.
Y, ojo, ellas no están solas, están organizadas y saben que la unión hace la fuerza y que el "poderío" que el alcalde Labbé y la directora del Liceo detentan es falso y temporal. Es cosa de tiempo Coronel, es cosa de tiempo.
por Natalia Flores y Tatiana Hernández
Observatorio Género y Equidad
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